Bajo el lema: “Un solo corazón muchos rostros, muchos rostros, un solo corazón”, se sintetiza la labor de los Misioneros del Verbo Divino y de las Siervas del Espíritu Santo y de la Perpetua Adoración en los cinco continentes del globo.

La organización de este evento de regocijante espiritualidad, desarrollado el 05 de octubre de 2003 en el Polideportivo de Puerto Rico (Misiones), estuvo a cargo del P. Carlos Chatelain svd de la comunidad parroquial de Puerto Rico, en colaboración con las Hermanas Siervas del Espíritu Santo del Colegio San Alberto Magno y feligresía local.
El lema congregó a sacerdotes, religiosas, docentes, alumnos, fieles y vecinos, tanto de la ciudad de Puerto Rico, como de Santo Tomé e Ituzaingó (Corrientes) Resistencia (Chaco), Diócesis y Colegios de Posadas, Diócesis y colegios de Iguazú y de toda la provincia de Misiones, para participar de la Ceremonia Litúrgica Central presidida por Mons. Juan Carmelo Giaquinta, Arzobispo de Resistencia y concelebrada por Mons. Joaquín Piña, Obispo de la diócesis de Iguazú, junto a cincuenta y cuatro sacerdotes del Verbo Divino.
En la homilía, Mons. Giaquinta resaltó la trascendencia de la tarea misionera, labor que a muchos jóvenes les puede parecer simple, sin embargo es un accionar que requiere dedicación, preparación y perseverancia, para lograr que el Mensaje de Jesús caiga en tierra fértil y dé los frutos esperados. Así también hizo hincapié en la importancia de estar abiertos, cada uno de nosotros, a hacer nuestra la propuesta de Cristo, actuando constantemente como misionados, una necesidad de reconversión permanente para alcanzar la santidad.
Las delegaciones participantes fueron las encargadas de presentar las ofrendas consistentes en objetos simbólicos, representativos de cada lugar de procedencia, algunas de ellas en distintos idiomas.
Para la distribución de la eucaristía los sacerdotes se distribuyeron a los distintos sectores, de modo que los miles de participantes pudieran recibir el Sacramento de la Comunión sin desplazarse de sus lugares.
El clima de fiesta y de espiritualidad comunitaria se apreciaba en todos los rostros, denotando la verdad contenida en el lema: todos unidos formando un solo corazón, viviendo la misma experiencia, compartiendo tan honrosa distinción, uniendo las voces en los cantos dirigidos por el coro de la parroquia local, fortalecidos con la Santa Bendición otorgada por Mons. Giaquinta.
Finalizada la ceremonia de la Santa Misa, los asistentes, con sus delegaciones o grupos familiares compartieron un exquisito almuerzo comunitario en el salón parroquial y espacios verdes aledaños, en un ambiente de alegría y camaradería, ya que el momento también fue propicio para intercambiar saludos entre amigos.
¡Que viva Dios, Uno y Trino, en nuestros corazones!
Lorena Acuña de Morós, Vice Direcora, Nivel Inc-EGB 1 y 2
Elda Betty Solís López, Asesora Pedagógica
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