Despedida a nuestra querida María del Carmen Sosa

Merecer la vida no es callar ni consentir
tantas injusticias repetidas,
es una virtud, es dignidad
y es la actitud de identidad
más definida.
Eso de durar y transcurrir,
no nos da derecho
a presumir,
por que no es lo mismo que vivir
¡Honrar la vida!

En estos días cuando pensaba en esta encomendación que me dieron, constantemente los recuerdos traían a mi memoria la letra de Eladia Blázquez de “Honrar la vida”. Y no ha de ser casualidad, estoy segura que es providencial…

Esta canción que tantas veces interpretaste, querida amiga: honrar la vida no es perdurar ni transcurrir… Hay tantas maneras de no ser, vos encontraste la forma de ser plenamente en el corazón de tantos de nosotros… con tu voz, con tu creatividad, con tu abrazo interminable, y algunos tenemos el privilegio de tus mimos, de tus cuidados, de tus oraciones…

Querida amiga: te merecés la paz de este tiempo, la plenitud del reencuentro, el sosiego del hogar y de los nuevos proyectos, porque son logros de la virtud del trabajo y la dignidad de la conquista cotidiana.

Honrar la vida es la actitud de identidad más definida. Por supuesto, querida María del Carmen, sos una marca registrada entre nosotros, en esta comunidad… Tus pasos por nuestra existencia verdaderamente honraron la vida… sobre todo la nuestra, porque permitiste que nuestra cabeza reposara en tu regazo…

Obviamente, en las pequeñas historias cotidianas, hemos compartido tantas caídas, caídas nuestras y caídas tuyas… pero supiste erguirte vertical… más allá del mal…

Podemos enumerar tantos proyectos compartidos… teatro, coro, proyectos de escritura, caminatas y ainda mais… pero el encuentro será eterno y seguiremos construyendo historias.

Y en lugar de palabras de despedidas, por las nuevas historias de estos meses, quiero que sean palabras de bienvenida a una nueva libertad, a un nuevo espacio que estás reconstruyendo día a día y que muchos de nosotros tenemos un lugar!!

Te queremos tanto…

Jacqueline Márquez

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Eterno encuentro

Y…
En algún momento, no importa cuándo,
nos encontraremos suspendidos,
en la pregunta retórica
de algún renglón en blanco…

Y estaremos,
cabalgando en una sonrisa…
en la encrucijada de El Quijote.

Seguramente estaremos
desfacendo entuertos
y sorprendiéndonos
por nuestras locuras
y las locuras ajenas…

Y…
seguramente, casi siempre,
nos necesitaremos…
para transitar alguna lágrima
de las tantas de esta vida…

Nos necesitaremos
para responder las eternas preguntas…
Y la vida ¿es sueño?
Y mis sueños, ¿dónde están?
¿Qué es el tiempo?
¿Hacia dónde va?
¿Y yo? ¿Hacia dónde voy?
¿Para qué?

Desfacendo entuertos
con nuestras locuras
y uniéndonos a las locuras ajenas…

Desfacendo entuertos,
para seguir andando…

Jacqueline Márquez