Navegas atravesando mares de un largo pasado de pensamientos y memorias, el final de tu infancia, tus fantasías mezcladas con la realidad. (Childhood’ s end – Pink Floyd)

Hay cambios que elegimos y otros que se nos vienen como un torbellino de manera inevitable
Queridos jóvenes:
No pueden retener el tiempo, y la niñez va quedando cada vez más lejos, parte del pasado. El sueño y la preocupación de poder llegar a quinto año ya son historia, esa meta casi inalcanzable ha llegado demasiado pronto, más de lo esperado y genera una especie de nostalgia mezclada con ansiedad y alegría; dan un paso más en la vida que les abre una puerta y los invita a cruzar el umbral sin demoras, tomarán el camino convencidos que es el seguro y elegido. Al cerrarse la puerta, quedarán del otro lado recuerdos de tantas historias y momentos vividos. Los primeros pasos en la vida escolar cuando allá niños comenzaban temerosos a convivir en un mundo tan lindo y difícil como es la escuela. Recordarán los juegos de niños, las locuras de adolescentes, los amigables e insoportables consejos de los adultos: “que esto sí”, “que esto no”, “que ya estás grande”, “que todavía no tenés edad”… y así comienzan nuevas etapas.
Y ahora es como si de pronto depositaron en sus manos un poco de “decídelo tú”… si pinta la ocasión deberán elegir qué rumbo tomar; quizás algunos deban esperar un tiempo más, pero saben que en algún momento de la vida el león debe dejar que sus cachorros aprendan a valerse por sí mismos, sólo es cuestión de saber elegir, de levantarse una y otra vez, de volver al cruce del camino donde se produjo el desvío y volver a andar. Con el pasar de los años nos damos cuenta que la vida es un pequeño soplo de libertad.
Y en toda esta mezcla de cosas y oportunidades que presenta la vida Dios está presente. Él nos creó y nos hace el aguante, nos espera con paciencia, nos toma de la mano o nos da un empujoncito para que andemos solos. A veces me lo imagino agarrándose la cabeza por tantas locuras que cometemos, pero no nos abandona, siempre dispuesto a perdonarnos y amarnos con esa intensidad que solo Él puede hacerlo.
Mis queridos jóvenes, pertenecen a una promoción con valores puestos en obras que lo han demostrado a lo largo del año. Como alumnas y alumnos de quinto han sido un ejemplo para quienes siguen sus pasos; activos, solidarios, participativos en todas las actividades, asumiendo con responsabilidad el rol de alumnos, que no es tarea sencilla. Desafiantes y vivaces no han callado su voz y cuando fue necesario dijeron lo que pensaban; con respeto y firmeza alzaron sus voces como larga la luz el sol y liberaron su pensamiento como libre anda el viento. Después de todo, de eso se trata la etapa de formación, de ayudarlos a ser personas libres y autónomas, capaces de pensar y decidir por sí mismos.
Los voy a extrañar mucho porque hemos vivido lindos momentos, nos hemos conocido en este lugar de encuentro día tras día y con gusto les he abierto las puertas de mi lugar de trabajo, un lugar que también les pertenece. Me han hecho sentir querido y respetado, y he tratado de ser para ustedes no más que un servidor. Les dejo un afectuoso abrazo y hasta que en algún momento cuando los años pasen, volvamos a encontrarnos.
Eduardo Antonio