Educar, un acto de esperanza

Estamos iniciando el segundo semestre de actividad escolar, después de un merecido descanso, en medio de tantas adversidades que nos ha marcado este tiempo de pandemia. Al retornar centenar de niños y jóvenes a las aulas, quisiera reflexionar sobre la importancia de la educación en nuestra sociedad actual, y que sin duda es un acto que siembra esperanza, a pesar de tantos desalientos que enfrentamos en este tiempo.

El Papa Francisco ha reconocido el gran valor de la educación para el futuro de nuestra sociedad, y por eso nos invita sumarnos a un pacto educativo global, con el objetivo de aunar esfuerzos para lograr una profunda transformacion cultural integral a largo plazo a través de la educación. El mismo Papa nos recuerda que “La educación es siempre un acto de esperanza que, desde el presente, mira al futuro». Es un llamado para comprometernos con el futuro de nuestra sociedad.

El retornar a las actividades escolares, es una gran oportunidad para unirnos y emprender esta misión de transformar nuestra sociedad que tiene tantos desafíos. El primer paso está en la misma convicción de que la educación es el camino que todos debemos emprender con compromiso, para que tengamos una sociedad cada vez más justa, equitativa y solidaria. Es el itinerario que nos ayudará a superar tantas adversidades e imprevistos que son parte de nuestros aprendizajes.

El Papa Francisco nos invita a centrar nuestra mirada en el poder transformador de la educación, que es un acto de esperanza, porque es el camino para superar toda indiferencia e individualismo desde el amor y la solidaridad. La educación es la respuesta a tantos problemas que atraviesa el mundo actual, y también nos recuerda: “Somos conscientes de que un camino de vida necesita una esperanza basada en la solidaridad, y que todo cambio requiere una trayectoria educativa, para construir nuevos paradigmas capaces de responder a los desafíos y emergencias del mundo contemporáneo, para comprender y encontrar soluciones a las necesidades de cada generación y para hacer que la humanidad florezca hoy y mañana”.

Este tiempo de pandemia nos ha enseñado que la educación no es un simple acto de alfabetización o adquisición de conocimientos científicos, sino que mucho tiene que ver con los encuentros: encuentros entre pares, con los docentes, con la comunidad que va formando a la persona integralmente. En este sentido, es bueno que podamos recuperar y priorizar los espacios de encuentros dentro de los límites que nos imponen este tiempo que vivimos. Los encuentros que nos ayudan a desarrollarnos integralmente compartiendo sentimientos, experiencias, recuperando lo valioso que es el compartir nuestra humanidad uno con los otros.

Que el inicio de este segundo semestre de actividad escolar, sea una oportunidad para renovar nuestras esperanzas como sociedad, en medio de tantas situaciones desalentadoras que nos toca compartir, sabiendo que estos tiempos también son momentos de grandes enseñanzas y aprendizajes que nos preparan para enfrentar imprevistos, adversidades y los contratiempos que son parte de la vida. Y la certeza que nos anima en este tiempo, es la convicción de que la educación es la base de toda transformación y es nuestra esperanza para retomar las actividades escolares con compromiso y entrega.

A los estudiantes, docentes y familias de nuestra comunidad educativa, les deseo un buen inicio del segundo semestre y juntos seamos esperanza para toda nuestra sociedad.

P. Juan Rajimon svd
Representante Legal