Estamos próximos a celebrar la Pascua de Resurrección. Después de casi dos años de aislamiento social estamos volviendo a encontrarnos parar vivir los acontecimientos tan importantes para nuestra vida de fe. Como comunidad educativa, es una oportunidad para renovarnos desde la fe en Cristo Resucitado.
Celebrar la Pascua es una invitación a celebrar la vida con el mismo espíritu de los apóstoles y las primeras comunidades cristianas, que confiaron plenamente en la cercanía del resucitado y el poder del Espíritu en todos los momentos de la vida. La Palabra de Dios nos recuerda que el dolor de la cruz es pasajero y la luz de la resurrección vence todas las tinieblas y oscuridades. Nos invita a vivir desde la confianza en un Dios cercano y presente en medio de nuestras cruces y sufrimientos.
La verdadera experiencia pascual es un acontecimiento comunitario, que vive y celebra la victoria de la resurrección de Cristo en comunión espiritual.
La resurrección, es mucho más que un simple acontecimiento histórico, es una experiencia de fe que se transforma en nuestra vocación y misión. Es un llamado para vivir en la esperanza plena en un Dios que nos salva.
Cada uno de nosotros tiene la misión de compartir esta esperanza con nuestros seres queridos, ayudar a tantos hermanos para que abran sus corazones a la alegría y la esperanza que vence el dolor de la cruz y el sufrimiento.
Pero es bueno tener presente que la paz y alegría de la resurrección no significan una vida sin problemas ni dificultades, sino la certeza de su presencia entre nosotros. La luz del resucitado nos llena de fortaleza para seguir caminando.
Como comunidad educativa también tenemos la oportunidad para compartir nuestro amor y solidaridad en la próxima Bicicleteada Solidaria, bajo el lema: “Amor en acción”. Que podamos vivir esta fiesta de solidaridad con el mismo espíritu que animó a los apóstoles en Pentecostés, que salieron a compartir y anunciar la Buena Nueva.
Que en esta pascua seamos portadores de la alegría de un Dios cercano y presente con nuestro amor y solidaridad. Este año, en especial, tenemos la oportunidad de encarar con pasión y alinearnos detrás de nuestra misión: “Educar y formar personas de manera integral, en los niveles Primario, Secundario y Superior, fomentando el desarrollo de sus capacidades y aptitudes a la luz de la ciencia, el Evangelio y el carisma Verbita, para lograr su compromiso en la construcción de una sociedad más justa”. Que la fuerza del Espíritu Santo nos anime a vivir nuestra misión con alegría y pasión.
La alegría de la resurrección nos llama a trascender las cruces de nuestra cotidianeidad, con la misma fortaleza que nos enseña San Pablo: “Si han resucitado con Cristo su vida, entonces lo manifestarán gloriosos con Él”. (Col. 3,1-4)
Que celebremos y compartamos la alegría de la resurrección. ¡Felices Pascuas de Resurrección!
P. Juan Rajimon svd
Representante Legal