
Estamos en las vísperas de un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo que nos invita a profundizar nuestro compromiso patriótico. Es una gran oportunidad para renovar nuestras esperanzas, a pesar de tantos desafíos que nos toca enfrentar ante la crisis económica y social que estamos atravesando.
La esperanza se renueva cuando contemplamos la historia, para sacar nuevas fuerzas desde el ejemplo de aquellos próceres, que lucharon por nuestra libertad, superando un sin fin de adversidades y desafíos. Hoy evocamos un nuevo aniversario de aquel 25 de Mayo del 1810, que marcaron los primeros pasos de la gesta de nuestra Patria. Conmemorar este nuevo aniversario de aquel primer grito de libertad en la revolución de mayo, nos impulsa a seguir caminando con la misma fuerza que nos transmitieron quienes llevaron adelante esta magnífica proeza.
Celebrar nuestra fiesta Patria es unirnos para seguir luchado por una Nación cada vez más libre e independiente. Nos llama en unirnos para asumir el desafío de transformar tantas realidades de nuestra Patria y que todos los argentinos podamos vivir en verdadera libertad. Nos une el desafío de superar la pobreza, la desocupación, la inseguridad, un desarrollo sustentable para todos, para que juntos podamos gozar de las innumerables bendiciones y compartir la verdadera libertad.
Es que nuestra libertad sólo se irá consolidando si nos animamos a enfrentar los desafíos que se resuelven con la comunión y el esfuerzo colectivo. Creo que el espíritu de lucha, decisión, trabajo mancomunado, que caracterizaron a los próceres de nuestra Nación, debe animarnos a seguir dando lo mejor, para transformar nuestra Nación con el trabajo y el esfuerzo sincero de cada uno de sus habitantes, lo que nos conducirá a una verdadera libertad.
La Nación es un bien heredado de nuestros antepasados, pero tenemos el deber de seguir construyéndola. Es nuestra oportunidad apostar a la construcción de una Nación que tenga en alto el bien común, desde los valores de la libertad, la verdad y la justicia. El Papa Francisco, en la exhortación apostólica Evangelii Gaudium (La Alegría del Evangelio), nos invita a superar las diferencias desde la comunión, construyendo una verdadera amistad social a través del diálogo sincero y respeto por la dignidad del otro. Es un llamado para “engendrar nueva vida” y asumir la responsabilidad de llevar adelante el proceso de la edificación de una Patria verdaderamente libre.
Aún después de más de 200 años de ejercer la libertad, necesitamos mantener vivo el sueño y la esperanza de una Nación libre e independiente que requiere del compromiso de todos los ciudadanos. Solamente desde el esfuerzo colectivo podremos mantener viva la esperanza y seguir construyendo los destinos de nuestra querida Patria. Así como nuestro terruño nació gracias a una revolución y el compromiso de aquellos próceres que confiaron en su capacidad de conducir su destino enfrentando los desafíos, es bueno que también nosotros recuperemos la confianza en el gran potencial que tenemos como personas, pueblo y Nación.
El verdadero sentimiento patriótico hoy más que nunca nos llama a comprometernos y seguir luchando, esforzándonos para lograr el desarrollo de nuestra Patria con honestidad, para seguir construyendo un país cada vez más democrático, libre y justo. Que nuestro ejemplo sea el verdadero impulso para nuestros niños y jóvenes que son el futuro de nuestra Patria, y que puedan mantener viva la esperanza y ser protagonistas de una Nación libre e independiente.
Que nuestra Señora de Luján, patrona de nuestra Patria, interceda por nuestro pueblo para que honremos juntos la libertad de esta querida Argentina, con nuestro compromiso de hacerla cada día más grande.
P. Juan Rajimon svd
Representante Legal