El adiós al “Padre de los pañales”

«Padre de los pañales», así se lo conocía popularmente al P. FRANCISCO VOGEL svd, que nació el 22 de enero de 1925 en Capioví (Misiones).

Trabajó como profesor en el seminario de Catamarca y Rafael Calzada (Bs. As.) como así también en la Parroquia San Juan Bautista de Valentín Alsina (Bs. As).

En 1992 regresó a Misiones desempeñándose como Representante Legal del Colegio Roque González a partir del14/09/92 hasta el año 1994. Durante este tiempo se preocupó de organizar y crear las Salas de 5 años “A” y “B” de Nivel Inicial, que comenzó a funcionar a partir del 1º de marzo de 1995.

Acompañó a la comunidad de la Catedral y a distintas capillas de la ciudad de Posadas especialmente a Nuestra Sra. de Fátima en la “Bajada Vieja”.

Desde hace 12 años realizaba la atención de los enfermos del hospital de Pediatría como voluntario, juntando colaboración de dinero para comprar ropitas y pañales tratando de atender la preocupación de tantas mamás.

También se dedicó a misionar desde los medios de comunicación social a través de sus reflexiones en canales televisivos, en emisoras y diarios de Posadas. De muy buen humor y estilo propio de comunicar el mensaje de Jesús.

Nos dejó el 25 de marzo de 2007 para gozar de la vida eterna a los 82 años de edad, con 62 años de vida religiosa y 55 años de sacerdocio.

El dar, el colocar, el brindarse, la caridad, es la característica de muchísimas personas que integran esta gran familia verbita. Este gesto se destaca en cada ocasión que el Colegio organiza actividades para colaborar de alguna manera con el que materialmente menos tiene. Una vez más agradecemos los niños, jóvenes, padres y docentes que contribuyeron en la continuidad del trabajo desinteresado que realizaba el P. Francisco Vogel en el Hospital, gesto que seguramente Dios recompensará con bendiciones especiales.

Padre Francisco: ¡Gracias! porque con tu gran voluntad, espiritualidad y el aporte que realizabas a través de las moneditas de la alcancía rosa, la venta de los calendarios y rosarios, pudiste darle a tantos niños la protección para el cuerpo y gran esperanza para el corazón a través de tus palabras de aliento y oraciones fortalecedoras.

¡Gracias! P. Francisco! Hoy, no podremos igualarte, pero queremos seguir tus huellas con la humildad que te caracterizaba.

Rosa I. Corol – Erica B. Nauchú

“El que da con generosidad desinteresada, recibe doblemente,
y su corazón se llena de alegría y paz manada del cielo”.

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