Chicos de la Chacra 75 y 76 ganaron nuestro corazón

El día 24 de junio del corriente año, el profesor Oscar Vallejos -nuestro profesor de religión- invitó a varios cursos, entre los cuales se encontraba el 9º “C”, a brindar apoyo escolar, pero sobre todo “afecto”, a los chicos de la chacra 75 y 76.

El viernes de esa misma semana, durante una reunión informativa, acordamos visitar ese domingo el lugar donde brindaríamos ayuda. Lo hicimos con la compañía del profe que se había comprometido en mostrarnos el lugar donde viven los chicos. Por supuesto son de clase social baja, con viviendas hechas de madera, tacuaras, chapas, pocas de material. Sentimos mucha tristeza, pero a la vez se acrecentaba nuestra alegría, al saber que el granito de arena que nosotros pondríamos para los chicos sería de una inmensa ayuda.

El domingo siguiente comenzamos con los talleres en la casa de la señora Avellaneda o cariñosamente Doña Mari. Entre 25 y 30 chicos se presentaron ese día. Ellos, al igual que nosotros, sentían muchas ganas de conocernos.

Al final del taller, conversando entre compañeras, nos dimos cuenta que un 50% de los chicos no sabía leer ni escribir, mientras que el otro 50%, asistía al colegio. Pero debido a la mala alimentación que reciben, el 100% de los chicos les cuesta el aprendizaje.

A los talleres habían llegado chicos de hasta 16 años. Entonces decidimos dividirlos por edades y al empezar a trabajar, otro problema surgió: nuestra técnica había fallado, ya que en un grupo en el que se encontraban chicos entre 13-16 años, tan sólo dos eran los que sabían leer y escribir (sin contar sus dificultades). Fue así que volvimos a dividir en 4 grupos:

-Los grandes que asistían al colegio.
-Los grandes que no.
-Los chicos que asistían al colegio.
-Los chicos que no.

De este modo, fue más fácil trabajar, ya que los chicos colaboran y tienen mucho entusiasmo para estudiar.

Desde el primer domingo los grupos fueron cambiando, ya que hay chicos nuevos y otros que por diferentes motivos van un domingo y otro no. Esto se debe a que la gran mayoría debe cuidar a sus hermanitos, hacer los quehaceres de la casa, salir a trabajar, etc…

Cada una de nosotras nos hemos encariñado mucho con estos chicos, tenemos muchas ganas de seguir enseñando y principalmente tenemos fe que al finalizar este proyecto, los chicos salgan sabiendo lo básico y necesario para poder defenderse.

Silvia, Rocío, Lucía y Melanie