Palabras de despedida para la Prof. Florencia Rodríguez de Magriñá, realizada el 10 de noviembre de 2017.

A mi profe preferida:
Hoy tengo el privilegio de expresarte unas palabras como hija, como alumna y como colega. No se pueden resumir 40 años de vida laboral en pocas líneas, pero sí reconocer que, en el tiempo de Dios te descubriste. Y te descubriste en una maravillosa vocación: convencida de que la docencia es intemporal, uno siembra sin saber cuándo ni cómo se verán los frutos. Te dedicaste a sembrar incansablemente, por eso tu impronta siempre quedará en tu amado Colegio Roque González.
Fiel al carisma de los Misioneros del Verbo Divino, conocedora de tu misión, respondiste con tu vida al mandato de Jesús de «anunciar a todos los hombres la Buena Noticia». Formadora de tantas generaciones, nada fue tan fácil y tuviste el coraje de anunciar a Jesucristo y de acompañar con inquebrantable tenacidad a tantos corazones jóvenes en su desarrollo personal.
Mujer excepcional, atravesada por la gracia, mistagoga: supiste erigir un espacio al entregarte plenamente a la labor con excelencia, profesionalismo, humildad y amor. Dotada de una inteligencia prodigiosa, te destacaste por tu generosidad para compartir tiempo, conocimientos y promover el diálogo de la fe con la cultura con creatividad.
Una persona extraordinaria no puede carecer de sentido del humor: siempre regalando palabras de aliento y esa capacidad de despertar una sonrisa, aún en los momentos más difíciles.
Ahora es tiempo de dar gracias a Dios por tu fecunda trayectoria profesional y queremos expresarte toda la admiración, respeto, cariño y gratitud que sentimos por todo lo que nos entregaste.
Ha llegado el tiempo de recoger los frutos de toda una vida de trabajo y por eso, te deseo que disfrutes plenamente de este nuevo comienzo, sabiendo que la recompensa es incalculable:
«¡Felices los que trabajan por la Paz!»
¡Felicidades profe!
Prof. María Florencia Magriñá
Para la profe Flor Magriñá:
Escribir palabras no es una de las tareas más fáciles y menos cuando se trata de una despedida… Recordé, pensé y escribí mil veces, pero finalmente quedó.
Hoy nos despedimos de alguien muy especial, de alguien que nos regaló bellos momentos compartiendo su sabiduría, su paciencia y su dedicación.
La experiencia con usted no fue mucho tiempo, pero nos hizo comprender el verdadero Significado de la unión, la solidaridad, la alegría y la confianza.
A lo largo del tiempo, Dios pone en nuestro camino a diversas personas que son difícil de olvidar, porque han dejado una huella importante en nuestros corazones.
Al acompañarnos en una etapa de nuestra vida, sin embargo, no podemos quedarnos junto a ellos toda la vida, pues vivimos en un tren el cual tenemos que bajar en alguna estación, y despedir personas que nos dejan añoranzas, pero también nos dejan una parte de ellos que siempre estará presente para ayudarnos a seguir adelante. Gracias por este vagón de buenos recuerdos y por el legado que deja en cada uno de nosotros.
De igual forma, agradecemos infinitamente cada minuto de su tiempo y la paciencia que tuvo con nosotros, por sembrar sus conocimientos y valores, los cuales permanecerán en nuestros corazones.
Por eso, en nombre de todos mis compañeros, expresamos nuestra gratitud por cada momento, por su apoyo, sabiduría, su tan peculiar sentido del humor, pero sobre todo, por habernos permitido conocer a ese gran ser humano que es usted.
Alumnos de 4° Sociales
Palabras de la profesora Florencia Rodríguez
Adaptación del poema de Jorge Espinosa de los Monteros
PARA LOS QUE AMÉ Y ME AMARON
Tuvimos tantos años juntos
y yo les di mi amor,
ustedes sólo podrán tratar de adivinar
cuánta felicidad me dieron.
Les doy las gracias por todo el amor
que cada uno de ustedes me dio.
Pero ahora es tiempo de que yo viaje sola.
Así es que, si se sienten tristes por mí,
háganlo por un rato nada más;
después…
que su tristeza se convierta en confianza y fe.
Es sólo por un momento
que vamos a estar separados,
así que bendigan los recuerdos de su corazón.
Yo no estaré lejos, porque siempre estaré
en cada oración, cantos, encuentros.
En los pasillos de mi querido Roque González…
Porque al Roque lo llevo en mi sangre,
está impregnado en mi ser…
Y si me necesitan, llámenme y yo vendré…
Aún para aquellos que miran los acontecimientos,
y a las personas, desde un balcón
aunque no me podrán ver ni tocar, yo estaré cerca.
Y si oyen con su corazón,
escucharán a su alrededor
muy suave y claramente mi amor.
Luego, cuando les toque venir por este mismo camino,
yo saldré a recibirlos con una sonrisa
y a darles la bienvenida a su casa.
A entrar en esa intimidad con el amado,
que muchas veces por los apuros de la vida se iba postergando
el momento de mi partida es inminente.
He combatido el noble combate,
he acabado la carrera,
he conservado la fe.

